jueves


Los primeros rayos de sol penetran la ventana de su habitación, ¿quieren saber como es? Les mostrare... Una puerta color celeste, con estrellas en plateado, una pequeña rana de trapo cuelga inocentemente sobre ella. A su lado un hermoso ropero celeste, prácticamente invisible, y es que ese era el efecto que ella quería. A unos pasos hay un pequeño espejo oval y a su lado una pequeña mesilla con dos maniquíes que contienen collares y joyas, ¡que hermosa habitación para una princesa! Y es que si, ella es una princesa, pero todavía no lo sabe. Como sea, sigamos recorriendo su habitación, porque ahora llegó un momento hermoso, en el cual la vemos descansar en su gran cama con un gran cobertor blanco marfil, entre almohadones celestes y amigos de peluche, soñando con quien sabe que gran amigo, o cual hermoso amor. Enfrente de su cama hay un par de almohadones color verde manzana, con una mesita de madera con la vajilla rosa viejo, un lugar listo para un té con amigos de papel y príncipes soñados. Sus cortinas son dobles, una blanca de gasa para permitir la entrada del sol, y una gruesa color verde marino, ambas cubren un gran ventanal que da a un balcón blanco, adornado con claveles rosa pastel y enredaderas en verde limón. Ahora podemos observar las colinas, las cascadas, las montañas y las aldeas, todo ese hermoso mundo llamado imaginaria, aquel que cuando ella despierte, sabrá que debe reinar y proteger de todo mal. Sus ojos despiertan y observan todo a su alrededor, encontrándose en un lugar extraño que no logra reconocer, su mente confunde sueños, y su boca se abre en un dulce sonido...-¿...estaré soñando?- La princesita se levanta confusa, y ve a sus pies unas pantuflas delicadas, se las pone y va hacia aquel espejo, porque se siente extraña y diferente. -no es posible...- dice al verse, su cabello es castaño claro, y le cae largo por debajo de los hombros, sus ojos opacos ahora brillan almendrados, su boca tiene un brillo natural, como si estuviese maquillada, y su tez antes cetrina se ha tornado moreno dorado, sus manos tiene uñas largas y cuidadas, su cuerpo sigue siendo el mismo, y un suspiro de alivio se logra escuchar. Mira esa extraña habitación en la que ha despertado -¿Dónde estoy?- y observa la ventana cerrada, camina hacia ella abre las cortinas. El sol penetra de pronto en todo el lugar, y ella asombrada observa ese reino, aquel con el que tantas veces habría soñado, su reino... -imaginaria...-